Aunque su construcción responde a realidades diversas y abarca un amplio periodo de tiempo (desde el 4.000 a.C. hasta el Bronce pleno (1.000 a.C.), los dólmenes tienen una serie de características más o menos comunes. Las partes principales -según recogen Carlos López de Calle, María José Iriarte y Lydia Zapata en su estudio- son las siguientes:
La cámara es el recinto generalmente centrado en el conjunto, en el que aparecen depositados los restos óseos humanos. Es el espacio funerario por excelencia y suele delimitarse mediante grandes bloques pétreos u ortostatos que dibujan un recinto de tendencia poligonal o circular, si bien existen muchas variantes arquitectónicas: delimitación del espacio mediante pequeñas piedras en seco, cámaras cubiertas con grandes losas, cámaras de formas cuadrangulares, cámaras múltiples, galerías cubiertas, tholoi
(son construcciones funerarias con la fabricación de muros y cámaras a base de la conjunción de piedras de mediano o pequeño tamaño)...
El túmulo es la masa de piedras y tierra que rodea al sepulcro y que sirve de apoyo a los ortostatos. Las grandes dimensiones que alcanzan (no son excepcionales lo túmulos de veinte metros de diámetro y muchos dólmenes rebasan ampliamente esa cifra) superan muy a menudo las estrictas necesidades determinadas por los empujes de los elementos interiores, por lo que se ha insistido en el aspecto visual adherido a semejantes volúmenes, ubicados preferentemente en puntos privilegiados del paisaje (la presencia del sepulcro megalítico sería, en este supuesto, algo más que un lugar de enterramiento, algo así como el símbolo garante de la posesión de los derechos de un grupo sobre las tierras productivas).
El tercer y último elemento es muy habitual pero no imprescindible para la definición de un sepulcro megalítico, es el sistema de acceso, concretado por lo común en un pasillo o corredor, definido mediante ortostatos, que comunica la cámara con el exterior del túmulo.
Megalitismo camerano
En cuanto al megalitismo camerano, y tal como recuerda Pilar Utrilla, presenta algunas peculiaridades desde el punto de vista de su arquitectura. Se basan en dos aspectos: el variado poliformismo de sus soluciones arquitectónicas (sepulcro de corredor, dolmen simple, túmulo...) y la existencia de espacios constructivos bien delimitados que sólo fueron utilizados en los primeros momentos del megalitismo: son los casos que corresponden a la cámara secundaria de Peña Guerra II (Nalda), Fuente Morena (Montalbo en Cameros) o Collado Palomero I (Viguera).
http://www.larioja.com/20080224/sociedad/elementos-proceso-construccion-dolmen-20080224.html
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